Te invito a leer estas porciones de la palabra que en repetidas ocasiones me han servido de aliento e impulso para seguir corriendo la carrera con fe, combatiendo la ansiedad, la incertidumbre y el temor.
Dios te acompaña
“Ya te lo he ordenado: ¡Se fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas”. – Josué 1:9
Con esta promesa podemos descansar en la certeza de que Dios está con nosotros, justo ahí en el valle o en el tope de la montaña. Donde estés literal y figurativamente, Él va contigo y te acompaña.
Uno de los sentimientos más desgarradores, y una mentira que la ansiedad siempre nos está susurrando, es que estamos solos en nuestra situación o en cómo nos estamos sintiendo. Esta porción de la palabra nos trae de regreso a la realidad, sobre todo si la acompañamos con una dosis de razón, veremos que ni en lo terrenal ni en lo espiritual estamos solos.
Dios tiene un plan para ti
“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes –afirma el Señor–, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”. – Jeremías 29:11
Si algo podemos tener seguro es el cambio y la impredecibilidad. Es sumamente retador enfrentarnos a las diferentes sorpresas que nos trae la vida; desde grandes tragedias, hasta sencillamente aceptar que lo que visualizamos para nosotros mismos no es lo que estamos viviendo. Puede ser difícil navegar la incertidumbre de un plan que no se dio.
Pero el mejor plan para mi vida y la tuya es aquel que Dios escribe y lleva a cabo a la perfección.
Esta porción de la palabra asegura que sus planes son de bienestar, y ya sabemos que su voluntad es buena, agradable y perfecta.
He observado que las mejores cosas que me han pasado han sido producto de confiar ciegamente en El, soltar el control y rendirme a su voluntad.
Dios obra todo para bien
“Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito”. – Romanos 8:28
Cuántas veces hemos sentido tristeza o desánimo frente a dolorosas situaciones y decepciones… es un mal de la condición humana a la que estamos sujetos. En medio de esos momentos, lo que anhelamos es entender, saber por qué las cosas pasan de una u otra forma. En ocasiones, nos damos por vencidos. Nos abraza una sensación de que ya no hay nada más que hacer, no hay solución que valga.
Pero Dios nos asegura que no solo tiene un plan para nosotros, sino que obra todas las cosas para el bien de sus hijos. Esta cita es sumamente poderosa, porque nos ayuda a comprender el verdadero significado de la gracia (favor inmerecido).
Donde hubo muerte, El sopla vida; donde había condenación, nos da libertad. Él tiene el poder y el deseo de redimir (rescatar, librar) nuestras situaciones y decisiones.
Dios te hizo libre
“Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud”. – Gálatas 5:1
Esta es una verdad que ha impactado mucho mi vida, en especial recientemente. Cuando la interioricé, noté un gran cambio en mi percepción de distintas experiencias y situaciones. No tengo por qué vivir sometida a yugos ni a gigantes ni a ninguna fuerza del mundo, Jesús ya pagó por mi libertad.
Quizá hay algo en tu vida que sientes que te ancla o te estanca, puede ser cualquier cosa: una percepción de tu situación; una creencia sobre tu personalidad; una adicción; un hábito negativo… pero sin importar lo que sea, Dios te hizo libre. Solo hay que creerlo y empezar a vivirlo, a caminar como una persona en libertad, y no en esclavitud.
De todo corazón espero que te anime, y que te sirva como referencia para buscar estas citas y estudiarlas detenidamente. Un excelente ejercicio es anotar una y tratar de memorizarla a lo largo de la semana, poniéndola en la nevera o el espejo del baño.
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