Crear es una necesidad para muchas personas, y es sin duda parte esencial de mi rutina diaria, como compartí en este artículo. En ocasiones creamos como una forma de meditar o relajarnos; a veces crear es parte de nuestro trabajo o labores profesionales; a veces, ambos casos se dan al mismo tiempo.
Pero, las cosas se vuelven complicadas cuando nuestro alrededor es un caos; o cuando la realidad es abrumadora, o cuando no hallamos la motivación, inspiración o voluntad para crear.
Cualquiera que sea tu propósito al crear, aquí dejo cinco ideas para combatir las amenazas más comunes de tu práctica creativa.
1. Si no llega la inspiración, ve tras ella.
Una de las excusas o trabas mas comunes es decir que “no estamos inspirados”, pero la realidad es que la inspiración está en todos lados. No soy fan del concepto de esperar que la inspiración “llegue”. Claro, hay momentos en que puede suceder, por una u otra razón, pero creo que también podemos inspirarnos por la luz del sol, la naturaleza, los colores. Si no “llega”, abre los ojos y encuéntrala.
2. Mantén la mente abierta.
Conocer nuestro propósito e intención es importante para cualquier acción o aventura en la que queramos embarcarnos. Con la creatividad es igual; es válido considerar e identificar qué quieres lograr o cómo te quieres sentir en ese momento. Y por supuesto, darnos el permiso de crear porque sí, para disfrutar el proceso, despejar la mente, y abrazar cualquier resultado final, sin expectativas.
3. Explora algo diferente.
Una de las experiencias más aterradoras y gratificantes es comenzar algo nuevo, o aprender algo desde cero. Nos ayuda a explorar diferentes puntos de vista, nos hace sentir humildes, de la mejor forma posible, y por supuesto, nos obliga a concentrarnos en lo que estamos aprendiendo o explorando. No hay reglas: solo déjate llevar por tu corazón, despeja la mente, y haz algo diferente.
4. Aprovecha cada oportunidad.
Otra traba gigantesca que atenta contra nuestra creatividad es el tiempo. Es cierto que debemos poner cada cosa en su lugar y dar prioridad a lo que la tiene; pero si estamos usando el tiempo como excusa, algo que ayuda es aprovechar las momentos libres o ventanas de tiempo en nuestra rutina diaria. Es posible sacar 15 minutos de mi hora de almuerzo para coser, bordar o escribir. Parece poco, pero he aprendido a no subestimar lo que unos minutos creando pueden hacer para mi mente, corazón y día.
5. Siéntate y crea… ¡lo que sea!
Como en muchas áreas de la vida, a veces la mente es nuestra peor enemiga. Quizá lo pensamos y planeamos tanto, que terminamos por no hacer nada. Me gusta tener una lista de inspiración y proyectos en los que me quiero embarcar. De esta forma, solo tengo que sentarme y crear: sin pensarlo tanto. Si no tengo idea, tomo lápiz y papel, dibujo un poco, o escribo.
En ocasiones eso es todo lo que necesitamos… empezar.
“Crear es… un privilegio, una necesidad, un remedio; una fuente de propósito, satisfacción y abundancia”.
Comments